miércoles, 17 de octubre de 2007


Abuela, cuéntame un cuento.


“Abuela, cuéntame un cuento, pero hoy quiero ese que la mamá de María le lee por las noches. El libro se llama “Las hadas del bosque”, y dice María que es mágico, que puede imaginar con sólo oírlo todo un mundo de fantasía y de color. Yo quiero ver esos colores aunque sea en mi mente”.
La abuela se queda callada por un momento, no quiere decirle a su nieta que ella nunca verá los colores porque es ciega de nacimiento. Y empieza a inventar una historia de hadas que no es la del libro ya que la abuela es analfabeta. Nunca tuvo tiempo de aprender a leer ni escribir, estaba demasiado ocupada con sus hijos, su trabajo en el campo y en la casa. El tiempo libre que le quedaba eran unas pocas horas para dormir y tomar fuerzas para empezar el nuevo día.
La niña le dice a la abuela bruscamente: “Pero mama, esa no es la historia fantástica que cuenta María”. A Teresa, que así se llama la abuela, se le caen dos lagrimones por las mejillas, y le promete a su nieta ciega que le va a leer el cuento de las hadas y el que ella le pida.
Teresa a sus setenta y cinco años empieza a estudiar. Va a la escuela de adultos de su pequeño pueblo, allí es muy bien recibida por todas sus compañeras a las que cuenta el porqué quiere aprender a leer.
La fuerza de voluntad para aprender las palabras y los sonidos de aquellas letras tan extrañas para Teresa van dando sus frutos. Poco a poco va leyendo palabras sueltas, frases cortas. Hasta que un día la profesora le dice: “Teresa, llevo muchos años en esta profesión y ninguna de mis alumnas aprendió a leer tan rápido”. Teresa dedicándole una amable sonrisa le dijo: “El amor mueve montañas, profesora”.
Por fin llegó el día tan esperado para Teresa, y con el libro de las hadas del bosque en la mano, le dice a su nieta: “Hoy tengo una pequeña sorpresa para ti”, y abriéndolo comienza a leer: “Era un bosque tan silencioso que podía oírse el murmullo del viento acariciando las hojas de los árboles, y el revolotear de las hadas jugando entre las flores...”. La niña, alzando la voz con una alegría inusual en ella le dice a su abuela: “Esta sí es la historia que cuenta María, ahora por fin podré ver los colores”. A la abuela le vuelven a caer las lágrimas por su rostro, pero esta vez de alegría.

Ana Mª

2 comentarios:

Fantasia dijo...

Me ha gustado mucho que en este blog hayais escrito todos lo que vais haciendo: las poesias, vuestras vacaciones y que en el colegio también lo podamos ver.
¡ME HA ENCANTADO!


GEMA

Fantasia dijo...

es fantastico tu cuento. escribes muy bien y le pones mucho corazón.

ana ruiz.-